Publicado originalmente en el suplemento cultural Barroco número 676, del Diario de Querétaro del 17 de septiembre del 2017. Foto: Martín Venegas.
Joan Tarrida (Barcelona, 1959) caminó por la plancha de nuestra Plaza de la Constitución prácticamente bajo el abrigo del anonimato. Con paso sostenido, con clase, llegó puntual a la cita, abriéndose paso con elegancia y sutileza, acaso las mismas virtudes que distinguen la editorial que dirige: Galaxia Gutemberg. Sí. El director editorial de esta prestigiosa editorial española estuvo en nuestra ciudad para participar en el Hay Festival Querétaro 2017, y BARROCO platicó con él en entrevista exclusiva.
Carlos Campos (CC): Joan, vienes a la ciudad en tu perfil de editor. Tu vida es una vida plagada de libros desde hace cuarenta años. Vienes a hablar del trabajo editorial, específicamente desde el trabajo de edición de Galaxia Gutemberg. Cuéntanos, ¿qué tiene qué decir Galaxia al mundo editorial?
Joan Tarrida (JT): El Hay Festival ha organizado un encuentro de editores provenientes de 14 países latinoamericanos, cosa que yo creo que es un hito porque muy pocas veces editores de habla hispana se reúnen para comentar los problemas que tienen, lo que les afecta, su relación con los lectores, con los libreros, con los nuevos medios digitales, la distribución entre unos países y otros… Hay muchos temas que afectan a todos y que muy pocas veces tenemos la oportunidad de reunirnos en un mismo sitio. Además de la importancia de lo anterior, es fruto de la novedad editorial que se va a presentar a principios del 2018 que es la Antología Bogotá 39.
Bogotá39 es un proyecto de colaboración entre el Hay Festival y Bogotá: UNESCO World Book Capital City que hace diez años se plantearon el objetivo de identificar 39 de los más prometedores escritores latinoamericanos menores de 39 años. En aquél entonces, los jueces del concurso fueron tres escritores colombianos: Piedad Bonnett, Héctor Abad Faciolince y Óscar Collazos. El éxito de este proyecto llevó a un proyecto similar llamado Beirut39, que seleccionó a 39 de los escritores más prometedores del mundo árabe. África39 siguió en 2014.
JT: Ya se publicó una antología hace diez años. Diez años después, Hay Festival lanzó nuevamente la convocatoria. Los 39 mejores escritores latinoamericanos de menos de 39 años de edad.
En el número 659, el domingo 21 de mayo, BARROCO publicó la lista completa de los autores que conforman Bogotá 39. Los mexicanos que aparecen en la lista son Gabriela Jáuregui, Laia Jufresa, Brenda Lozano, Valeria Luiselli, Emiliano Monge, Eduardo Rabasa y Daniel Saldaña.
JT: El Hay Festival ha tenido una idea excelente: dar la edición de esta antología a diversos editores en cada país, y siempre a editores independientes, lo cual es una muestra de apoyo a las editoriales independientes. En el caso de Galaxia Gutemberg, hemos tenido la suerte de que nos propusieran editarlo en México y en España. México, además, es el país que en la edición de este año tiene más autores, con lo cual, el poder editar esta antología en México será un privilegio.
CC: Esta idea es además un honor, porque la relación de México con Galaxia Gutemberg es íntimamente estrecha a partir de la primera edición del Primer Premio Dos Passos, destinado a la edición de autores emergentes, y cuyo primer ganador fue precisamente un mexicano: Roberto Wong (Tampico, 1982) con su novela París, D. F.
Galaxia Gutenberg es una editorial española creada el 1994 inicialmente con el objetivo de distribuir los libros del Círculo de Lectores. En el 2010, la editorial se independizó de Círculo de Lectores y pasó a ser una editorial independiente. Desde entonces, Tarrida funge como director y editor.
CC: en el mundo editorial, me parece que Galaxia Gutemberg ha tenido la virtud de encontrar un balance entre autores consolidados, por ejemplo, la obra completa de Guillermo Cabrera Infante, o el imprescindible Vida y Destino de Vasily Grossman; y autores emergentes, como en el caso de los autores beneficiados por el premio Dos Passos. ¿Ha qué se debe este enfoque?
JT: De entre todas las funciones que tenemos, yo creo que hay dos que definitivamente todo editor debe de tener: la primera es poner al alcance del lector los grandes nombres. A veces, por avatares de la edición, desaparecen algunos libros. En el caso de Cabrera Infante, cuando murió dejó una serie de libros por publicar. En ese caso se trata de publicar obras inéditas. En otros casos se trata de recuperar obras de autores vivos como en el caso de Vida y Destino, o como en el caso de las obras completas de Octavio Paz y de otros autores. Pero uno se puede quedar conforme con lo que uno sabe que vale, lo que ya tiene una merecida dignidad en el mercado. Es entonces cuando entra la segunda función: descubrir gente que está empezando, autores que están al inicio de su carrera, y a esta gente acompañarlos en la medida de lo posible en su desarrollo. Usted ha mencionado a Roberto Wong, que es un mexicano que ganó el primer premio a novela inédita. Este autor vivía primero en San Francisco; ahora, por casualidad, se ha trasladado a vivir a Barcelona, ahora estamos muy cerca… Y pues estamos esperando que entregue la segunda novela, no se trata solamente de publicarlos una vez porque ha ganado un premio, sino irlo siguiendo.
CC: ¿Cuáles son los retos que enfrentan las editoriales en la actualidad? ¿Qué desafíos acuñan ante las nuevas tecnologías digitales, la piratería, los discursos mediáticos?
JT: El mundo editorial constantemente se encuentra en la lucha por conseguir el tiempo libre de la gente, ese tiempo libre que cada vez es menor porque tenemos que trabajar cada vez más para poder sobrevivir. Y, además, hay cada vez más cosas que intentan atrapar a ese tiempo libre. Es una evidencia que los programas de televisión en plataformas están ocupando un lugar narrativo que antes tenía el libro. Esta, por otra parte, el tiempo que pasamos en los dispositivos móviles, en redes sociales, muchas veces de manera que no haría falta, en pleno uso excesivo. Al final, todo esto va robando tiempo al tiempo que antes dedicábamos a leer. Pero antes, cuando nosotros comenzábamos a ver la televisión, con la oferta de cuatro, ocho o diez canales de televisión, también se decía lo mismo. Yo recuerdo que nunca se ha leído tanto como se ha leído en los años 2000 y 2008, antes de la crisis. Y en ese momento había muchas televisiones. Yo creo que tenemos que enfrentar esto que es una realidad, que al final lo que hace es exigirnos que, para que la gente nos dedique tiempo. A la gente les tiene que interesar mucho: tenemos que conseguir que ese interés se les despierte a través de las redes sociales que, en ese sentido, van a nuestro favor; y a través de los libreros y de los medios de comunicación que, en ese sentido, estamos creando una serie de complicidades. Para llegar a los lectores de todo el mundo, es imprescindible la ayuda, apoyo y capacidad de colaboración conjunta de los medios de comunicación y los libreros.
CC: Claudio López Lamadrid, editor de Penguin Random House, hablaba de que el libro electrónico no había significado un ingreso importante para el volumen de ventas. ¿Compartes esa visión?
JT: Totalmente. Para nosotros es un 2% En España, en general, estamos hablando de un 3%, esto sin considerar a los libros profesionales o académicos, que en ese caso el libro electrónico si presenta ventajas. Se trata de una ganancia muy pequeña en comparación a todo lo que se ha dicho en torno al libro electrónico, que llegaría el momento de la desaparición del libro físico, entre otras cosas. ¡Eso no ha ocurrido! Nosotros ofrecemos todos nuestros libros tanto en físico como en digital, damos al lector la capacidad de escoger en qué plataforma quiere leer. Queremos que el lector sea consciente de que autores, editores, impresores vivimos de esto.