Publicado originalmente en el suplemento cultural Barroco número 627, del Diario de Querétaro del 25 de septiembre del 2016.
El domingo 1 de febrero del 2009, Bruce Springsteen y la legendaria E Street Band ofrecieron uno de los cinco mejores espectáculos del medio tiempo, en el Super Bowl XLIII. El escenario fue el Raymund James Stadium, asentado en la ciudad de Tampa, Florida. Con la producción de Don Mischer y White Cherry, Springsteen lanzó un set de cuatro canciones que fueron coreadas y bailadas de manera memorable y estridente por la fanaticada, lo suficiente como para colocar el juego de futbol americano (los Acereros de Pittsburg vencieron a Cardinales de Arizona con marcador de 27 a 23) como un simple pretexto para un concierto de The Boss. Hay versiones que afirman que el mayor número de asistentes al juego se debió al show de medio tiempo.
El ensamble de metales sugirió desde el principio la línea melódica inicial de la divertida “Tenth Avenue Freeze Out”, mientras The Boss y el resto de la E Street Band se incorporaban al escenario. Enseguida vino la sublime y rompedora “Born to run”, un himno imprescindible que nos conmovió sorpresivamente (algunos asegurábamos que esa iba a ser la canción de cierre). Tras un apoteósico final, de inmediato se insertó el contrastante inicio de “Working on a dream”, canción que se estrenara el 2 de noviembre del 2008 en la ciudad de Ohio, durante un acto de campaña del entonces candidato a la presidencia de los EEUU, Barack Obama. El marco estaba listo para el cierre. La autobiográfica “Glory Days”, una retrospectiva hacia los días de gloria de nuestra adolescencia y el reencuentro con amigos que se han ido, fue la elegida para congregar a las miles de voces en un solo grito: “Glory days!, well they’ll pass you by, Glory days!”
El juego se reanudó. Las voces melódicas cedieron el paso a las vociferaciones propias del emparrillado. Steve Van Zandt, Clarence Clemons y el resto de la E Street Band se prepararon para asumir su rol de aficionados, para seguir la fiesta o para marcharse a casa. En cambio, Springsteen, apartado incluso de Patti (guitarrista y corista de la E Street Band, y también esposa de Bruce desde 1991), comenzó a escribir sobre hojas sueltas lo que sería no una canción, ni tampoco un nuevo mensaje para el presidente Obama. Se había decidio intempestivamente a escribir la historia de su vida.
El próximo 27 de septiembre llegará a las librerías Born to run (Simon & Schuster, 2016), la autobiografía de Bruce Springsteen escrita, como debe de ser, por él mismo. El libro viene acompañado por un complemento excepcional, Chapter and verse (Columbia), álbum recopilatorio que incluye algunas de las primeras canciones de la carrera de Bruce grabadas con The Castiles en 1966, con Steel Mill en 1970, con la E Street Band y con su propia banda en años posteriores. Cabe señalar que el álbum de 18 canciones contendrá cinco que aún no han sido publicadas.
El libro, “una narración de poesía, peligro y oscuridad”, se presentará unos días después de que The Boss cumpla su cumpleaños número 67. De acuerdo a sus editores y publicistas, Springsteen ha estado trabajando en su autobiografia de manera discreta y celosa durante los ´lti﷽﷽﷽﷽﷽﷽o a sus editores y publicistas, Springsteen ha estado trabajando en su autobiografia de manera discreta y celosa duranúltimos siete años.
Springsteen narra su infancia y adolescencia en Freehold, su camino que lo llevó a convertirse en músico, sus primeros años como líder de una banda de rock en Asbury Park, y su crecimiento profesional que desembocó en su incorporación con la E Street Band.
“Escribir acerca de uno mismo parece ser un negocio divertido, pero en un proyecto autobiográfico como éste, el escritor establece una promesa: mostrar al lector la mente del autor. En las páginas de Born to run he tratado de hacerlo”.
El vocero de la editorial que publicará el libro de The Boss se refiere a la autobiografía como “el libro que hemos estado esperando. Los lectores verán correr sus propias vidas a través de la auténtica narración de Springsteen, de la misma manera en la que nos identificamos con sus canciones”.
Este no es el primer libro de Springsteen. Hace dos años debutó con Outlaw Pete (Simon & Schuster, 2014), traducido al español como El forajido Pete (Urano, 2014) un libro con ilustraciones del artista Frank Caruso basado en la canción homónima que aparece en el disco “Working on a dream” (2009). Al contrario de lo que el libro y el título pudieran sugerir, El forajido Pete no es un libro para niños. No obstante, la historia de un bebé proscrito y ladrón de bancos, puede ser contada por los padres a sus hijos, quienes pueden tener la oportunidad de abordar temas universales tales como la pasión, el instinto, el coraje y la libertad. A lo largo de 56 páginas, Springsteen desgrana un mensaje moral con reflexiones adultas sobre el bien y el mal, el comportamiento y la cultura estadounidense. O bien pueden escuchar la canción.
A decir de Ian Champan, CEO de Simon & Schuster en el Reino Unido, “si tu estuvieras preguntando a algún editor o publicista sobre el nombre de una persona del ámbito cultural cuya biografía te provoque gran entusiasmo, seguramente el nombre de Bruce Springsteen estaría en la lista”. Y agregó, “más allá de ser uno de los sujetos más admirados alrededor del mundo, Bruce es un cautivador contador de historias, con un estilo característico y único”.
La edición de Born to run ya fue anunciada para las principales ciudades del mundo. En Francia, la edición correrá a cargo de Ediciones Albin Michel; en Italia, Mondadori; Heyne, en Alemania; Natur y Kultur en Suecia; Spectrum en Holanda; Politikens en Dinamarca; Cappelen Damn en Noruega; Otava en Finlandia; y Penguin Random House en España y, seguramente, en México.
En el 2014, en una entrevista con The New York Times a propósito de la presentación de Outlaw Pete, Bruce Springsteen reveló el nombre de sus escritores favoritos: Cormac McCarthy, Philip Roth y Richard Ford. “Amo la manera en la que Richard Ford escribe sobre New Jersey: el escritor de deportes, el día de la independencia y La superficie del terreno, son mis cuentos favoritos. Además de ser conmovedores e hilarantes, encajan perfectamente con la perspectiva de la costa de Jersey”.