Lisérgida de un instante

Dietilamida o simplemente ácido lisérgico. Lisérgida, le dicen los pochos, pero de este lado lo conocemos simplemente como ácido. Pienso en ello mientras miro fijamente la jeringa que Diana me prepara como si se tratara de mi coctel de cumpleaños. Uno. Dos. Tres golpes con el dedo medio para mezclar la ergolina y eliminar impurezas. Es una pequeña pecera tubular de plástico en donde se pasean peces multiformes, multicolores. Mi ritmo cardiaco se acompasa al ritmo de la batería que retumba de la grabadora Hitachi con doble casetera. Tum. Tum. Tum. Tum…

Diana me liga. No, no me refiero a que me hace su novio. Nosotros somos algo más que novios, algo más de lo que sea esta relación. Diana me ata el antebrazo con una liga ámbar como las que usamos alguna vez para hacer resorteras. Me liga y me tensa en un apretón en el que las venas se enrolan, se atrofian, sitian la sangre y palpitan, se engrosan en una hinchazón ansiosa que hormiguea. Abro y cierro mi puño. Trago aire y exhalo tan fuerte que el pelo de Diana se mece dejando entrever una breve sonrisa. Su lengua se asoma por la derecha del labio superior en gesto cómplice. Las piernas, las manos, los ojos, todo me tiembla. La transpiración cede como cede la piel escindida por el tubo milimétrico de la aguja que se abre camino intramuscular, haciendo juego con la vena hinchada de mi brazo plagado de microcráteres. 20 mililitros, 10 mililitros, 5 mililitros…

Ahora me toca respirar y esperar, o esperar y respirar, no recuerdo el orden.

Y fluye.

Cierro los ojos. Fluye. Una niña con las piernas al revés, sin uñas en las manos, con vestido de pechera y cabeza de caballo me hace gestos. Abro los ojos. Fluye. La misma niña, con más luz, mordiéndose la hendidura de sus dedos sin uñas me canta algo en alemán, creo. Las paredes de la habitación se hacen líquido, la textura de plasma corrompe mis intentos por establecer un plano dimensional. Diana vuela mientras la niña canta, y en mi boca el gusto a tristeza me sabe a jarabe para la tos. El tiempo se hace pis en mis manos, siento el chorro hirviendo y después un gotear delicado que se escurre hasta mis codos. Yo soy el otro, soy Diana, soy su madre trabajando en la ensambladora a doble turno. Soy su padre adultero completando los doscientos setenta del cuarto. Soy el gato atropellado que vimos a dos cuadras del departamento donde nos encontramos, soy tú leyendo que soy yo leyendo que soy tú leyendo que soy yo leyendo que soy tú. Soy leyendo que soy lo que siento. Nadie me avisa que si quiero reír estallaré en el llanto más intenso que jamás haya gemido.

Gelatina, papel, té, psicoprofilaxis y un poco de latón. Por la ventana el sol rosa se torna púrpura y a mí me estallan los gritos que antes se arremolinaban en el pecho, pero ahora se van, a través de mis venas, a las venas de Diana. Ella me toca. Dermis. Siento el helio, la saliva, la bruma de un cuerpo sediento, la mano de Diana es el toque de Dios, porque él está con nosotros y nosotros estamos en todas partes: somos su umbral.

Ya voy bajando, o subiendo, según la perspectiva.

La niña con las piernas al revés se aleja, dejando tras de sí una estela de sangre de uñas que desaparece en cada paso. La sinestesia es sustituida por un incipiente dolor que crece. Mi pierna derecha está completamente dormida porque Diana la ha elegido como almohada. No tengo saliva. El sonido de la batería sucumbe a un silencio diáfano y austero hasta desaparecer. Cierro los ojos y alcanzo a ver que la niña se despide con un saludo roto. Abro los ojos y solo quedamos tú y yo. La jeringa inerte entre los dedos de Diana parece que despide un frágil halo de humo blanco

Publicado originalmente en Revista Saltapatrás:

http://www.revistasaltapatras.com/index.php/salto-pa-tras2/narrativa/84-lisergida-de-un-instante

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El desprecio por la cultura

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Publicado originalmente en el suplemento cultural Barroco número 635, del Diario de Querétaro del 20 de noviembre del 2016.

Los barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas[i], en España, se realizan mensualmente, salvo en el mes de agosto, con el objetivo de medir el estado de la opinión pública en una muestra aleatoria de 2500 españoles.

A la pregunta 13 “Vamos a hablar ahora de lectura, ¿diría Usted que en España la gente lee?” La respuesta, en porcentaje, fue:

  • Mucho: 2,2
  • Bastante: 14,9
  • Poco: 69,4
  • Nada: 4,8

La pregunta 17a dice: “¿Cuál es el motivo principal por el que Usted no lee nunca o casi nunca libros?

  • No le gusta/No le interesa: 42,3
  • Por falta de tiempo: 22,3
  • Por mala salud/mala visión: 13,2
  • Prefiere emplear su tiempo en otro tipo de entretenimientos: 16,5

La pregunta 17c dice: “Cuál es el motivo principal por el que Usted dedica algo o parte de su tiempo a leer libros? ¿Hay algún otro motivo?

  • Para estar informado: 14,1
  • Para disfrutar, distraerse: 59,7
  • Por motivos de estudio: 7,9
  • Por razones profesionales y/o de trabajo: 4,7
  • Para aprender cosas nuevas, mejorar su cultura: 12,3

La pregunta 17e dice: “De lo géneros que voy a leerle a continuación, ¿cuál le gusta más?

  • Cuentos, relatos cortos: 2,8
  • Ensayo: 4,4
  • Novela histórica: 23,8
  • Novela de aventuras: 8,9
  • Novela sentimental o de amor: 5,6
  • Novela fantástica: 2,8
  • Novela negra: 7,1

Los libros de divulgación ocupan un 4,7 mientras que la poesía agoniza con un 1,2. La pregunta 17f “¿Cuántos libros ha leído Usted aproximadamente en los últimos doce meses?”. Quien leyó uno: 7,7; de dos a cuatro: 40,7; de cinco a ocho: 21,3; de nueve a doce: 11,7; trece o más: 12,7.

¿Se imagina, caro lector, el matiz de respuesta en México? ¿Y en Querétaro?

A decir del escritor, poeta y periodista español, Manuel Rivas, “La última entrega del CIS podría figurar como un apéndice cultural del Apocalipsis: Más del 36% de los españoles declaran que no leen nunca un libro. De cada 10 personas, 7 no han entrado a una biblioteca ni por equivocación”[ii]. En España, el número total de era de 6717 de acuerdo a datos del 2014.

En México, se tienen registradas 7413 bibliotecas establecidas en 2282 municipios, de acuerdo a datos proporcionados por la Red Nacional de Bibliotecas Públicas. Querétaro no cuenta con una ley estatal de bibliotecas, pero parece que tenemos más bibliotecas que los españoles. Sí, pero debemos de considerar que en España, la población es de 46,770 millones de habitantes, mientras que en México estamos arriba de los 122 millones. Eso sin considerar el contraste de extensión geográfica y densidad de la población.

El Apocalipsis al que hace alusión Rivas ya se manifestó en nuestro país. El pasado miércoles 16 de noviembre la Federación concretó el recorte de un mil millones de pesos al rubro federal de cultura, lo que impactará gravemente la actividad cultural en las 32 entidades federativas para este 2017 que ya de por sí se vislumbra negro.

Tras aprobarse el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2017, y a pesar de la recientemente creada Secretaría de Cultura que entre sus promesas incluía un mayor impulso a la actividad artística y cultural, la Cámara de Diputados fulminó el llamado Subsidio Piso, rubro presupuestal que hasta este año otorgó 34 millones de pesos a cada uno de los institutos y secretarías de cultura de los estados[iii].

El diputado Santiago Taboada Cortina, presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía, afirmó que en el PEF 2017 que propuso el Gobierno federal se realiza un “recorte de horror” a la Secretaría de Cultura porque con este ajuste ningún estado podrá garantizar que se lleven a cabo actividades culturales[iv].

Como evidencia de lo anterior, los siguientes programas están en ceros:

  • El Programa de Apoyo a la Infraestructura Cultural de los Estados (PAICE)
  • El Programa de Apoyo a Festivales Culturales y Artísticos (Profest)
  • El Subsidio Piso, del cual dependen los institutos y secretarías de Cultura estatales, hasta en un 80 por ciento, para desarrollar actividades culturales anuales.

Para el 2017, el gobierno federal propone que para la Secretaría de Cultura se asigne en 2017 un gasto por 10 mil 300 millones de pesos, 30.7 por ciento menos que el monto aprobado para 2016, al que anteriormente ya se le había hecho un recorte de 3 mil millones de pesos.

A pesar del alarmismo generalizado y justificado por un ajuste o abandono del TLCAN por parte de Estados Unidos, nuestro país presenta un retraso en los compromisos de adopción y correlación de clasificaciones que pregona el tratado[v]: el Código 71. Servicios de Esparcimiento Culturales y Deportivos, y otros servicios recreativos, del Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte, es letra muerta.

El impacto a la cultura será distinto en cada estado, ya que depende de cuánto presupuesto destina cada gobierno estatal. Para algunos estados la situación será crítica. Veamos un ejemplo. San Luis Potosí, donde el 70% del presupuesto para cultura dependía del Subsidio Piso, se verán afectados programas de promoción y fomento a las artes, culturas populares e indígenas, festivales y el Consejo Estatal Editorial. Por cierto, en San Luis Potosí sí cuentan con un Consejo Editorial. En Querétaro soñar con un Consejo Estatal Editorial es una broma macabra.

En el caso de Nuevo León, se deberán de suprimir al menos 60 programas culturales.

E el caso de Jalisco, donde ya veían venir estos nefastos recortes, hicieron esfuerzos para que el estado asuma la producción de óperas y sostenga el Festival Estatal de las Artes, así como la ampliación del programa Ecos: Música para el Desarrollo. No obstante, los festivales independientes e iniciativas editoriales habrán de desaparecer.

¿Y en Querétaro?

[i] Centro de Investigaciones Sociológicas. Barómetro de septiembre. España, 2016.

[ii] Manuel Rivas, “El estupor cultural” en El País Semanal Número 2094.

[iii] Francisco Morales, “Ahorcan a estados en cultura” en periódico Reforma. Jueves 17 de noviembre del 2016. Página 22.

[iv] Notilegis, nota número 4090. Palacio Legislativo, 13-09-2016.

[v] INEGI, Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte 2013

Literatura en la escuela

Les compartimos la más reciente emisión de #ClaseAbierta en la cual hablamos con nuestros invitados, los escritores y maestros Salvador García Yllescas y Daniel Muñoz Vega, acerca de la incorporación efectiva de la literatura en las aulas. También abordamos el perfil del estudiante idóneo de acuerdo a la propuesta del Nuevo Modelo Educativo recientemente presentado por la SEP. Ah, también conoceremos la obra literaria de nuestros invitados.Gracias por su preferencia, seguimos creciendo en audiencia.

https://soundcloud.com/siiradio/literatura-en-la-escuela-1

El libro, la lectura y la escritura en cifras.

El libro en cifras 2015

Publicado originalmente en el suplemento cultural Barroco número 591 de El Diario de Querétaro.

La edición 2016 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) será histórica: se celebran sus primeros treinta años; se espera que se rompa la marca de 792 mil visitantes y los 42 millones de dólares en ventas que dejó la edición 2015; y por primera vez se contará con un subcontinente como invitado de honor: Latinoamérica.

La razón: Latinoamérica ha manifestado un dinamismo boyante en materia de producción editorial. Tan solo en 2013, en América Latina se registró un promedio de 540 títulos por día. Entre el 2008 y el 2013 se registraron 837.945 títulos en las agencias ISBN de cada país del subcontinente. Esto representa un crecimiento del 83% respecto a los 458.580 títulos registrados en el periodo 2004-2008.

Los anteriores datos se presentan a manera de editorial por Marianne Ponsford (@mponsford), literata, periodista y editora para Turner, Planeta y Siruela, en el boletín El libro en cifras: boletín estadístico del libro en Latinoamérica (CERLALC-UNESCO, diciembre 2015) coeditado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC), el cual es presidido por Ponsford desde octubre pasado.

El libro en cifras desglosa las estadísticas del estado de la cuestión en los siguientes apartados:

  1. Radiografía del libro y la lectura: indicadores económicos y del libro.
  2. ISBN en América Latina: primer semestre histórico en registros.
  3. Producción y circulación del libro en Centroamérica y República Dominicana.
  4. ¿Qué consejos darías a cualquier autor que acaba de ser rechazado por una agencia editorial?
  5. México: nueva Encuesta Nacional de Lectura y Escritura.

El boletín ofrece información interesante para lectores, escritores, literatos, promotores, librerías y editores. Pero también para instituciones públicas encargadas de la promoción y difusión del libro y sus fenómenos circundantes. A ellas debería de interesarles.

México, junto con Colombia y Argentina, ha contribuido al incremento (10.5%) en el registro de registro de títulos ante las agencias ISBN, en contraste con Brasil, país que ha mostrado un significativo decremento en este rubro. Han sido las editoriales comerciales las que más aportaron para el incremento del registro de títulos. Asimismo, también se incrementó el registro por parte de autores-editores (11%), y editoriales universitarias (10%), en contraste con la lamentable y evidente caída de los títulos registrados por el sector público (6%) y por las fundaciones y ONG (un dramático 17%).

Como ya se ha divulgado, en México los materiales de lectura de mayor utilización son los libros (57,3%), los periódicos (55%) y las redes sociales (44,9%), las revistas (38%), los sitios web (25,2%), las historietas o cómics (16,6%) y los blogs (13,4%), de acuerdo a la Encuesta Nacional de Lectura y Escritura 2015, que por primera vez incorpora los mecanismos estadísticos y metodológicos del CERLALC, disponible para su consulta en https://observatorio.librosmexico.mx/.

En cuanto a los principales canales de acceso a los libros, los números son halagüeños: 59,1% prefiere comprarlos, mientras que el 46,2% los recibe como regalo; el 40,6% elige el préstamo interpersonal, el 15,9% acude para préstamo en librerías o salas de lectura, mientras que un 11,6% opta por descargar los libros electrónicamente.

¿Cuál es el principal canal que utilizamos los mexicanos para la compra de libros? Predominantemente siguen siendo las librerías (69,8%), muy por encima de las ferias de libro (18,6%), de las tiendas de autoservicio o departamentales (17%), de los puestos ambulantes (16,9%), y de los mercados (9,8%). Si bien Amazon se ostenta como el titán de las ventas de libros electrónicos a nivel internacional, y que a partir del mes de diciembre incursionó en el mercado de editorial de impresión bajo demanda (un terreno inexplorado que inicialmente iniciará operaciones en España), en México no registra cifras relevantes para la Encuesta.

El libro en cifras destaca un rubro interesante, el que se refiere a las prácticas de escritura, el cual se inserta como un ámbito novedoso para la Encuesta. En este sentido, se aprecia la influencia de las tecnologías de información y comunicación, y un llamativo e inquietante contraste. Mucha atención, caro lector y noble escritor:

  • La escritura se utiliza en primer lugar para la redacción de mensajes de texto en el celular (46,3%).
  • Más atrás aparecen los mensajes en redes sociales (25,1%).
  • Enseguida vienen las conversaciones en chat (22,9%).
  • Los correos electrónicos siguen vigentes pero ya no en los primeros lugares (13,3%).
  • Curiosamente, los recados ocupan un lugar preponderante (36,6%).
  • Asimismo, tanto los trabajos escolares (33,5%) como los documentos de trabajo (20,5%) son importantes.

Con un poco de inferencia, caro lector y noble escritor, se deduce que para los mexicanos escribir es la razón principal para comunicarse (76%). Pero hay un sector renuente, con una participación importante, que se refiere a aquél donde las personas todavía escriben para expresar sus sentimientos y emociones (31,1%). Pero también los hay quienes escriben para sentirse mejor (20,2%), o los que todavía escriben para discutir o concertar ideas (15,1%) sector que, sin embargo, ocupa el último escaño del rubro.

¿Y cuál es el estado de la cuestión en cuanto a creación literaria? Esta grave pregunta no puede omitirse, si partimos del principio de que la creación literaria es el cénit de la comunicación escrita. En este sentido, encontramos que las personas que escriben cuentos o relatos ocupan un 8,6%, los que componen poesía o canciones se ubican en el antepenúltimo sitio con 7,8%, por encima de quienes prefieren emitir sus opiniones en blogs y foros (2,3%). Los clubs lectura virtual (sic) registran apenas un 0,4%.

Por razones de espacio y prudencia, no entraremos en el tema de lo que leemos los mexicanos. Sin embargo, llama la atención que nuestra comunicación literaria quede relegada por encima de la avasallante y efímera comunicación digital: nos comunicamos por dispositivos pero no discutimos; compartimos mensajes en redes sociales y escribimos para sentirnos mejor, pero es más importante comunicarnos para cumplir en la escuela y salir bien librados en el trabajo. La invitación a la creación literaria sigue estando abierta.

El libro en cifras. Boletín estadístico del libro en Latinoamérica, volumen 8 correspondiente al segundo semestre del 2015, puede descargarse desde cerlalc.org

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