Publicado originalmente en el suplemento cultural Barroco número 664, del Diario de Querétaro del 25 de junio del 2017.
Enfoque basado en el contenido.
Este enfoque privilegia el contenido por encima de la forma. Para entender este enfoque didáctico de la escritura, surgido en la década de los años ochenta, debemos de reconocer primeramente dos contextos:
- Los cursos de escritura de universidad y colegios norteamericanos: a partir de una nueva metodología basada en la necesidad de la escritura académica (exámenes, apuntes, trabajos, ensayos…) y sus respectivas características muy específicas en sus objetivos, contenidos, lenguaje, destinatarios y proceso de elaboración. La necesidad de la escritura académica nace con el interés y la expresión escrita nace con el interés o la obligación de realizar una carrera universitaria. Asimismo, se relaciona con el interés por otras habilidades lingüísticas como la lectura o la comprensión oral.
- Las escuelas básicas y preparatorias con el movimiento “Escritura a través del currículo” tiene como objetivo utilizar el potencial creativo que posee el proceso de composición de textos para enseñar los contenidos de una asignatura. Se trata de que los alumnos escriban sobre temas sociales, de ciencias, en las distintas asignaturas para que aprendan los conceptos y contenidos, y para practicar la expresión escrita. Lo verdaderamente relevante de este contexto, es que el estudiante tenga la oportunidad didáctica y pedagógica de establecer relaciones transdisciplinarias en prácticamente todos los contenidos del currículum, no solo español.
Refiriéndonos específicamente al movimiento Escritura a través del currículo, destacan dos principios fundamentales que es menester destacar:
- El proceso de composición de textos incluye en sí mismo distintos procesos de aprendizaje. Los escritores aprenden cosas sobre lo que escriben cuando escriben. Escribir es un instrumento de aprendizaje.
- La escritura es un instrumento que prácticamente puede utilizarse para aprender sobre cualquier tema o asignatura del currículum. Los ejercicios de expresión escrita no sólo sirven para evaluar los conocimientos de los alumnos sobre un tema, sino que pueden utilizarse para aprender sobre este tema.
Las características del enfoque basado en el contenido son las siguientes:
- El énfasis reside en el contenido, es decir, en lo que se dice del texto, no en cómo se dice, ni en la forma. Las preguntas que se plantean en torno a las ideas que configuran el contenido podrán ser las siguientes: ¿son claras?, ¿son originales?, ¿están ordenadas?, son creativas?, ¿se vinculan con argumentos sólidos?
- No se escribe sobre la experiencia personal de cada individuo, sino sobre algún tema de pertinencia académica. Por lo tanto, la base de la escritura son fuentes bibliográficas: libros, textos académicos, conferencias, apuntes, artículos… El aula de expresión se relaciona directamente con las disciplinas del interés profesional y académico del estudiante.
- La habilidad de la expresión escrita se integra con las habilidades comunicativas (escuchar, leer, hablar y escribir) en el contenido del trabajo académico. Entiéndase que el desarrollo y dominio de una habilidad no se lleva a cabo de manera aislada. Las actividades de estudio integran en un proceso comunicativo complejo todas las habilidades cognitivas. En consecuencia, los alumnos no solamente escriben, sino que son parte de las actividades comunicativas cotidianas en donde se incluyen todos los ejercicios verbales. Un aula con estas características difícilmente estará en silencio en un día normal.
- En las actividades y ejercicios en clase se distinguen dos secuencias muy claras y separadas:
- La fase de estudio y comprensión de un tema (input): precede a la fase final de elaboración de ideas y producción de un texto escrito. En esta etapa el alumno se “empapa” del tema: lee artículos, escucha conferencias o exposiciones, comenta y discute los contenidos.
- La fase final (output): recoge la información, la esquematiza (mapas conceptuales, cuadros sinópticos, organizadores gráficos) y prepara todo lo necesarios para que sus ideas se plasmen en un texto escrito.
El trabajo didáctico y pedagógico bajo este enfoque los profesores deben de organizar una serie creativa y heterogénea de actividades que respondan, asimismo, a una amplia oferta de contenidos:
- Elaboración de síntesis y resúmenes.
- Análisis, reportes de lectura de comprensión, textos argumentativos.
- Textos orales, escritos, argumentativos e informativos.
- Trabajo en múltiples plataformas y modalidades: en clase, en casa, en bibliotecas, en entornos virtuales, trabajo individual, trabajo en equipos colaborativos.
En resumen, el desafío importante de este enfoque consiste en que el profesor sea capaz de diseñar un programa heterogéneo, integral y con enfoque cognitivo.
Una clase diseñada bajo el enfoque basado en el contenido debe de incluir los siguientes aspectos:
- Predilección por la investigación profunda de un tema: la investigación se lleva a cabo a partir de la lectura de textos (en el nivel de lectura analítico-crítico), análisis de ideas principales y centrales, argumentos, estrategias para la búsqueda y selección de la información, entre otros.
- Procesamiento de la información: como ya lo anticipábamos anteriormente, se trata de elaborar mapas mentales y conceptuales (no es lo mismo), organizadores gráficos, esquemas, debates y discusiones de grupo, ejercicios argumentativos y crítica.
- Producción de textos: preparación y redacción de textos académicos.
Los ejercicios parten de la idea de desarrollar textos completos, no frases, enunciados ni oraciones aisladas. La importancia de la organización y procesamiento de la información es determinante, por lo que la presencia de recursos gráficos y multimedia es predominante. Asimismo, se parte del principio de que los estudiantes son autores de documentos auténticos.
Bajo este enfoque, la corrección se lleva de forma individualizada y enfocada directamente en el contenido del texto. Ambas vertientes se manejan en función de las necesidades de cada estudiante tanto para el tratamiento del contenido como el aspecto de la forma.
Un ejemplo de una secuencia didáctica bajo este enfoque podría ser el siguiente:
- Busca información en la biblioteca sobre la calidad de vida de los habitantes del municipio de Landa de Matamoros.
- Lee e interpreta los gráficos siguientes: número de hospitales y centros de salud de acuerdo al número de habitantes, oferta artística y cultura, índice de calidad de vida, tasa de desempleo…
- Escuchar una conferencia sobre el tema de Calidad de Vida en México y toma notas de los puntos importantes. Comenta las ideas centrales y principales con tus compañeros.
- Revisa toda la documentación, recopila y organiza tu información, y escribe un artículo sobre tu investigación.
En conclusión, el aprendizaje de la escritura debe de considerar la gramática, la función de los textos, el tipo de texto que se escribe, el proceso de la composición de los textos, la información que aportan y su contenido. Los cuatro enfoques presentados incluyen de manera proporcional y acentuada estos aspectos, variando solamente en los enfoques. No obstante, existe el riesgo de que la predilección homogénea hacia un enfoque se base exclusivamente en un aspecto. ¿Cuántos de nosotros no perdimos las esperanzas al confrontarnos a un enfoque puramente gramatical, sin considerar su función, su proceso o su contenido? El desafío es implementar los cuatro enfoques desde una visión ecléctica, integral y con convicción cognitivista: el estudiante es nuestro autor, acaso nosotros fungiremos como su editor.
¿Y tú, caro lector, cómo aprendiste a escribir?