Eres mi religión…

Conciencia y reflejo.

En el año 2002, el grupo Maná sacó a la luz su disco «Revolución de Amor» del cuál se desprende el sencillo «Eres mi Religión», pero la canción no es solo eso.

Transcurría el año 2008, entre Carlos y Mónica había surgido una relación de amor derivada de un accidente automovilistico. Desde finales del año anterior habían logrado sin buscarlo, el inicio de una gran historia. Vivían lo primeros días de su sorpresiva pero intensa relación cuando simplemente ya no se quisieron separar. Viajaban juntos, vivían juntos, comían juntos. En ese momento sus ocupaciones se volvieron un pretexto para estar y vivir el uno para el otro, una prioridad.

El 3 de febrero, el día en que se hicieron novios «oficialmente», ocurrió algo curioso. Ese día la necesidad urgente de una muda de ropa limpia los obligó a dirigirse a sus respectivos hogares. ¡Claro! Mientras ese tiempo transcurría, ellos hablaban…

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#LordPrepa10

 

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Publicado originalmente en el suplemento cultural Barroco número 649, del Diario de Querétaro del 12 de marzo del 2017.

“Oye, ya llegué. Ah, pues bienvenido, pásale. Oye, ¿y ya está la cena? Ah, ahorita sale. Con una chingada, vengo cansado, vengo estresado. ¡Qué puta madre! ¿Qué no te doy dinero para que tengas todo hecho aquí, que esté en orden? Ah, no te apures, gordito. Ahorita te preparo esto y lo otro. Pero rápido, porque tengo ganas de coger y la chingada, así que te quiero ya” (sic).

La anterior transcripción es un fragmento de un video difundido en redes sociales el pasado 7 de marzo del 2017, en el cual se exhibe a Ramón Bernal Urrea, profesor de Preparatoria 10 de la Universidad de Guadalajara, supuestamente contando un chiste. Ante sus estudiantes, con el donaire que otorga la ignorancia temeraria, dijo que a veces las mujeres se niegan a tener sexo “porque les duele la cabeza”: “¿Te duele la cabeza, hija de tu puta madre?, ¿te duele la cabeza, pendeja? Miren, yo no sé ustedes, pero si yo trabajo todo el día, si me maté estudiando para ganar mi dinero, a mí me dicen eso, la agarro de las greñas, le pongo una pinche zarandeada, hija de la chingada…” ilustró el profesor como ejemplo.

Un día después el video se tornó viral con el #LordPrepa10 Ese mismo día, el profesor difundió en redes sociales una carta en donde justificaba su actuar, el cual tuvo la intención de “retratar de la forma más fiel posible una situación de violencia familiar durante la clase a la que pertenece el video, dicha clase fue de una hora de duración, por lo cual no se puede contemplar que la intención, el objetivo de la clase, es evitar que los alumnos lleguen a ser agresores o agredidos, que conozcan una realidad latente” (sic).

Nuevamente, con las redes sociales como escenario, se vertieron comentarios respecto a la aclaración del profesor, quien ya es sujeto a una investigación por parte de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco. “Tonny Puga”, usuaria de Facebook, publicó lo siguiente:

“No critiquen al profesor es muy muy buen profe a mi me dio clases y sabe mucho, lo que pasa aqui esque este comosito que subio el.video solo lo recorto a su antojo para ganar sus putos votos quemando gente!Es una explicacion que da para ambos sexos de como superarte estudiando para que no te pase lo que el esta narrando” (sic).

Ignorancia y donaire. Es como si la estudiante justificara que, para comprobar el comportamiento fisioquímico del fuego, el profesor debiera quemar en una pira a sus estudiantes.

A la ignominiosa e inútil lista de lords y ladys que siguen emergiendo de nuestra cotidianidad, habrá que agregarle nuestra irredenta doble moral potenciada por la fascinación del linchamiento mediático, esgrimida con facilidad anónima a través de las redes sociales.

Con las evidencias que se pueden advertir en los videos (el editado, que solamente presenta el discurso soez del profesor; y la versión íntegra que presenta el encuadre) se constata el paupérrimo y anquilosado recurso didáctico de la clase expositiva, en donde el profesor, con donaire e ignorancia, es el medio y el mensaje: el transmisor falaz de lo que a su juicio es conocimiento.

De acuerdo a investigaciones de Lorin W. Anderson, profesor de la Universidad de Carolina del Sur, autor de A Taxonomy for Learning, Teaching, and Assessing: A Revision of Bloom’s Taxonomy of Educational Objectives (Pearson, 2013) el 87.3% de las clases se enfocan en su totalidad a recursos expositivos, redundando solamente en los tres primeros niveles cognitivos:

  • Recordar: reconocer y traer a la memoria información relevante de la memoria a largo plazo.
  • Comprender: habilidad de construir significado a partir de material educativo como la lectura o explicaciones del docente.
  • Aplicar: aplicación de un proceso aprendido, ya sea en una situación familiar o en una nueva.

Con su exposición, el docente del video apela en su totalidad a la construcción unidireccional de significados desde un propio arbitrio. No hay puntos de referencia ni de comparación, no hay posibilidad de que el estudiante confronte los contenidos presentados por el profesor con otros de índole académica, no hay posibilidad es establecer un debate o diálogo en donde el estudiante exponga su experiencia u opinión al respecto. Hay posibilidad para la conflagración, pero no para la educación. Se privilegian los contenidos, se sacrifican los conceptos.

Siguiendo a Anderson, solamente el 12.7% restante apunta a los niveles cognitivos altos. Estos son:

  • Analizar: descomponer el conocimiento en sus partes y pensar en cómo estas se relacionan con su estructura global.
  • Evaluar: proceso racional de comprobación y crítica.
  • Crear: involucra y reúne los recursos que se implican en la creación de algo nuevo. Para llevar a cabo tareas creadoras, los estudiantes generan ideas, planifican y gestionan sus procesos, y producen contenidos a partir de conceptos.

En los niveles cognitivos bajos, el docente pudo haber solicitado a sus estudiantes lo siguiente:

  1. Recordar: con base en lectura documental, Identificar los distintos tipos de violencia a los que es sometida la mujer mexicana.
  2. Comprender: a partir de la investigación documental del Código Civil del Estado de Querétaro y de algunos artículos de la Constitución Mexicana, explicar por qué siguen existiendo inequidades en el trato de las mujeres respecto a los hombres.
  3. Aplicar: mediante la observación participante, diseñar un experimento para determinar el discurso sexista, tanto masculino como femenino, que se establece en la interacción social cotidiana del centro escolar.

En los niveles cognitivos altos, el docente pudo haber aspirado a que a sus estudiantes desarrollaran lo siguiente:

  1. Analizar: dibujar un diagrama que presente las condiciones laborales de la mujer en México.
  2. Evaluar: mediante la elaboración de un texto argumentativo, determinar la validez de los argumentos a favor y en contra del llamado Nuevo Feminismo.
  3. Crear: en donde el abanico se abre en una serie interesante de opciones.
    1. Con base en una lista de criterios, escribe algunas opciones para mejorar las relaciones interpersonales entre hombres y mujeres al interior del grupo, de la escuela, de la familia y del trabajo.
    2. A partir de tu experiencia, escribe un relato en donde des cuenta de tu situación personal a partir de la siguiente idea detonadora: “Mujer”.

Desde un convencionalismo más o menos específico, podemos decir que el tejido social lo conforma un grupo de personas que se unen para satisfacer necesidades humanas elementales o superiores, tales como: alimento, salud, educación seguridad social, cultura, deporte, servicios públicos, transporte y todo lo que represente mejor calidad de vida.

La reconstitución del tejido social comienza en las familias generando estudiantes conscientes, capaces de revelarse a su realidad y cuestionar su sistema educativo; y se fortalece en las escuelas, en donde los estudiantes adquieren, construyen y desarrollan los conceptos, habilidades y valores mínimos para abrirse paso a costa de sus padres y profesores.

La honestidad tragicómica*

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Publicado originalmente en el suplemento cultural Barroco número 648, del Diario de Querétaro del 5 de marzo del 2017.

Lunes por la mañana. Juan decide salir al trabajo con una profunda prerrogativa: dejar de ser corrupto. Epopeya pírrica considerando el modelo heredado por sus padres, por sus abuelos, por sus conocidos: la cultura de todo un país.

Sube a su auto. En el noticiero matutino escucha que Hilario Valeriano Mendoza, exedil de San Javier, Sonora, fue puesto en libertad tras no encontrarse pruebas suficientes para procesarlo por delitos de peculado y ejercicio abusivo de funciones. El 8 de junio, tras dejar la presidencia municipal, Valeriano Mendoza fue detenido por intentar autocomprarse el palacio municipal a precio ridículo. Al menos San Javier recuperó su recinto, pensó Juan.

Tras recorrer apenas un kilómetro sobre Constituyentes un policía municipal lo conmina a detenerse. De las series gringas Juan aprendió que el conductor debe permanecer en el auto hasta que el agente inicie su procedimiento. Pero estamos en México.

–Ese permiso ya está vencido, joven– dijo el oficial mirando a Juan de reojo, preparando la boleta de infracción.

–Sí, oficial. Verá, tuve un problema con el nombre de la carta factura original del vehículo. No era el mío. Hasta el día martes me entregan la carta corregida.

–Sí, pero mientras usted no traiga un documento oficial avalado por el gobierno usted no podrá circular.

Tras entregar la licencia, Juan escucha las voces que emite el radio del oficial. Sin éxito, trata de descifrar los mensajes en clave. Han pasado solamente cinco minutos.

–Estamos en operativo especial para combatir el robo de vehículos, voy a tener que lleverme su coche al corralón hasta que presente sus documentos originales, joven– arguyó el oficial. Su rostro articuló una sonrisa forzada.

–Estoy comprobando la propiedad del vehículo con la copia de mi carta factura, le acabo de explicar que…

–Mire, joven. Mejor nos arreglamos aquí. Si me lo llevo allá lo van a traer vuelta y vuelta.

–¿Arreglarnos?

–Ora’ sí que usted calcúlele: el tiempo que llevamos aquí, lo que vale su coche, la bronca del corralón… Está cabrón, ¿verdad?

–No, señor. Ya no soy corrupto. Haga lo que tenga que hacer.

Dos horas después Juan llegó a su trabajo. Trató de estacionarse en un cajón cercano a la oficina que en ese momento estaba vacío.

–No, mi amigo, no puede estacionarse aquí. Ese lugar ya está apartado– dijo un chico imberbe al que Juan había visto lavando coches anteriormente.

–Todos los lugares son para los empleados, además a ti no te pagan por eso– alegó Juan.

–La señorita de recursos humanos es la que me encargó su lugar. Aliviáneme para el chesco y ya mañana le guardo su lugar…

–No soy corrupto, mi amigo. En cuanto entre te voy a denunciar con el jefe…

–¿El ingeniero Gómez? Ese güey fue quien me trajo a chambear aquí. Ése, el que está allá en la sombrita, es el coche del inge.

Juan ingresó a la oficina. Al mediodía recibió una llamada. Era Estela, su esposa:

–¿Qué pasó, mi amor?

–Soy Socorro, Juan.

–¿Todo bien con Estela, suegra?

–Cálmate, todo está bien. Te llamo para avisarte que la trajimos a Urgencias pero como no la atendían rápido le hablamos a Ulises para que…

–No, suegra. Es muy amable de tu parte pero ya te había dicho que preferimos hacer las cosas sin el apoyo de Ulises.

–Escúchame bien, Juan. Estela ya está siendo atendida. Ulises se encargó personalmente de subirla a piso.

–Gracias, pero no quiero abusar de sus influencias, no quiero que…

–No seas idiota, Juan. Ulises es el director del área de Urgencias, él se está encargando de todo. ¿Qué quieres?, ¿qué se mueran Estela y tu hijo?

Saliendo del trabajo llegó al café en donde se había quedado de ver con Fernando, su compañero de la universidad, quien le quería presentar una propuesta.

–Si te unes a la campaña, igual y te presentó con el licenciado para que te vayamos colocando en una regiduría o algo. El chiste es entrarle, ya adentro nos movemos por más cosas, güey. ¿Cómo ves?, ¿jalas?

–Me late, pero no me convence que sea así, ni siquiera leíste las propuestas que te envié.

–Esto es de conectes, Juan. ¿Por qué crees que no avanza lo del Sistema Estatal de Corrupción? En cuanto se pongan de acuerdo para elegir al fiscal, verás que todo va a seguir igual.

–No le entro, gracias, Fer.

–Pues eres un pendejo, querido amigo.

Casi las seis de la tarde. Juan va a la universidad donde estudió para ver si ahora sí lo habían aceptado en el doctorado. Tanto el anteproyecto como la solicitud los había presentado nuevamente en tiempo y forma, solo faltaba el visto bueno de la directora de posgrado.

–¿Rechazado? Pero si presenté todos los documentos que me solicitaron. Incluso hice la adecuación de mi marco teórico y de mi…

–Mira, mi trabajo solamente consiste en entregar los resultados. Si quieres saca una cita con la directora de posgrado para que…

–¿Con quién saco la cita?– dijo Juan.

–Conmigo– espetó la secretaria con gesto irónico –pero tendrá que ser la siguiente semana, ya que la maestra Lety Dorantes está de viaje.

–¿Leticia Dorantes es la directora de posgrado? Pero ella es la esposa del director de la Facultad, el mismo que rechazó mi solicitud el año pasado– dijo Juan con escozor.

–Ahí sí ya no me meto. ¿Te saco la cita?

Caminando por la calle 5 de Mayo, Juan se preguntaba por qué Estela había llamado primero a sus padres y no a él. No sentía deseos de llegar a casa. Además de la alta probabilidad de que lo infraccionaran por el permiso vehicular vencido, en realidad no tenía motivos suficientes para estar ahí. Decidió ir a tomar algo al café que se encuentra dos cuadras adelante. En una de las primeras mesas estaba Cynthia, su antigua novia con quien había estado a punto de casarse.

–Hola, Juan. ¿Qué milagro?– dijo Cynthia. Lucía muy distinta respecto a la última vez que se habían visto.

–Hola, Cyn. ¡Qué gusto encontrarte aquí! ¿Qué estás haciendo?

–Siéntate, Juan, ayúdame. Mira, acabo de entrar a la secretaría, me pidieron una presentación para mañana pero no tengo idea de qué les voy a hablar.

–¿En la secretaría?– Juan recordaba que Cynthia había terminado su tesis con un trabajo plagiado.

–Sí, entré la semana pasada, luego te cuento. ¡Ayúdame, ándale!

Juan se sentó al lado de Cynthia y comenzó a esbozar algo. Mientras le explicaba el concepto de política pública un sujeto interrumpió su charla.

–¡Hola, mi amor! Mira, te presento a Juan. Te he platicado mucho de él.

–Buenas noches, Juan, No, no levantes, hombre, mucho gusto.

–Te conozco. Andrés, ¿verdad? Entraste a trabajar como coordinador cuando tu primo fue nombrado secretario.

–¡Claro, ya me acordé de ti! Tú eras del equipo del anterior gobernador.

–Andrés es mi esposo, Juan. Él me recomendó para trabajar en la secretaría, ¿verdad mi amor?

Juan salió del café con la boca seca. Cuando estaba a punto de encender el auto, una brizna zumbó por la ventanilla del costado derecho. Le habían dado un cristalazo.

*Inspirado en el texto titulado “La propiedad privada de las funciones públicas” de Gabriel Zaid.

Esto no es una elegía

Publicado originalmente en el suplemento cultural Barroco número 647, del Diario de Querétaro del 29 de febrero del 2017.

La muerte es ante todo un fenómeno. Por eso parece absurdo que surjan religiones en su nombre. Básicamente se trata de un fenómeno biológico y fisiológico, de allí que se deduzca que sea propia de seres vivientes y corpóreos.

La muerte es la contundente evidencia de que la vida ha cesado, la implacable extinción de las actividades vitales: dejamos de crecer, de asimilar, de reproducir. La conciencia, el apetito y el asombro de los sentidos llega a su fin. El movimiento del cuerpo y su vocación sensitiva se han terminado.

Tras la muerte se da paso al protocolo del rigor mortis. A temperatura normal, este signo aparece después de tres o cuatro horas de que se ha declarado la muerte clínica. Entonces comienza el proceso de rampante rigidez que concluirá tras doce horas continuas. El camino a la descomposición, la resolución de las materias inorgánicas de lo que alguna vez estuvo vivo.

En ese momento nos encontramos ante la esencia de la muerte: el principio vital que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida se ha separado del cuerpo. Por la edad, la enfermedad, las lesiones, o la combinación de éstas, el cuerpo ya no es capaz de sostenerse en vida. Con esta separación, las almas de las plantas, de los animales y de las personas fenecen, porque para dichas almas es imposible sobrevivir sin el cuerpo.

La muerte es la máxima certeza a priori con la que contamos los seres humanos al nacer, pero su sola presencia es funesta. A pesar de que es el primer paso de la supervivencia supracorporal, inmortal, su insurrección sigue siendo inefable.

El pensar y el querer ya no aparecen ligados al cuerpo. Si ayer tenía ganas de ir a tomar un café, o estaba pensando en desarrollar aquella idea de cuento en donde hablaba de un muchacho sentado frente a una libreta en blanco y una taza de café, ahora no es más que una ausencia de corporeidad. ¿Acaso la muerte nos desliga de toda corporalidad en un decreto de finitud? ¿O nos conduce a una relación abierta con el mundo?

Lo peor de morir es morirse en domingo. No hay doctores, enfermeros, camilleros, trabajadores sociales, bancos, oficinas abiertas… no hay ánimos ni el carácter cotidiano para procesar la defunción.

A pesar de nuestra torpe obstinación, la muerte avisa. Al menos en el Tibet, ésta usa como medio al cuerpo. De acuerdo a Guillermo Sheridan, “su vademécum, titulado Bar-do thos-grol chen-mo, explica que se puede ingresar a los “estados intermedios” (o sea: morirse) ya por vejez y agotamiento del karma, ya por golpe cruel y a destiempo. Mezcla de básica psicología, observación pragmática y lo que en Occidente llamamos “pensamiento mágico”, ese manual arcaico registra las señales que deben atenderse para tomar providencias”. Algunos otros simplemente decidimos ignorar la información del cuerpo y nos entregamos en exceso al placer de comer y beber.

La muerte corona a la vida al redondearla en su totalidad. De esta manera, con la muerte, la vida manifiesta su sentido último. La muerte significa un movimiento dual para el hombre: es regresar a la unidad interiorizada del espíritu, pero lo hace desde la multiplicidad exterior del mundo espacio-temporal. El ciclo se ha cumplido.

Para efectos de gestión, el nombre del difunto pasa a ser un número de expediente, de cuarto o de cama. Algunas enfermeras recordarán su nombre o se referirán a él recurriendo a eufemismos: “Se murió el abuelito de la D6”. Es momento de la anécdota.

Entre el espacio de la parada de camiones y la entrada a Urgencias, sobre la acera de avenida Zaragoza que circunda al Hospital Regional número 1 del IMSS, hay un espacio que desde hace por lo menos treinta años me ha llamado la atención. Se trata de unos cuartos que permanecen con las puertas abiertas día y noche. Los pocos vehículos que se estacionan (estos cuartos cuentan con su propio espacio de estacionamiento) lo hacen por lapsos no mayores a una hora, recurrentemente camionetas. Ahora comprendo por qué se encuentran preferentemente con las puertas abiertas: allí se ubican los racks con cuatro charolas cada uno, sobre las que se depositan los cadáveres embolsados de quienes acaban de fallecer; necesariamente ese lugar se tiene que mantener ventilado. En ese espacio vulgarmente diáfano se hace la identificación de los cadáveres, no de la manera dramática en la que se nos ha infundido desde el cine o la televisión. Es como si te preguntaran si ése par de zapatos es tuyo. La posibilidad a responder no es raquítica.

Entre 10 y 20 mil pesos en promedio es la cantidad mínima que los familiares del difundo deberán de gastar para sepultarlo o cremarlo. Y como ni la muerte es igualador de clase social, en el servicio de velatorios del IMSS se pueden elegir urnas para cenizas desde 275 hasta con valor superior a los 2500 pesos. Si por las características del cadáver se requiere embalsamar, se cobrará un costo adicional de 1200 pesos. No es mala idea tener lista una muda de ropa para el difunto, si se sigue el procedimiento tradicional del velorio, los dolientes deseasrán verlo por última vez.

¿Alguien piensa en los vecinos de los velatorios de la calle Guerrero? Además de los gritos, llantos, cánticos de plañideras y problemas de estacionamiento, deben de sortear a personas recargadas en las paredes, recoger la basura de los dolientes y resignarse a esperar con paciencia a que se estacione la carroza.

Kierkegaard, Sartre, Rilke y Heidegger coincidían en ver al hombre como un preso en el mundo. Por sus vanidades, el hombre corre el riesgo de perderse a sí mismo, porque se le ha desfigurado la totalidad de su existencia. Solamente, a través de experimentar su ser-para-la-muerte y abrazándolo con resolución, asciende al carácter holístico de su existir y a la plenitud de su humanidad, desde la cual domina lo intramundano. Por lo tanto, solamente se encuentra el sentido justo de la vida si el ser para la muerte significa en definitiva la unión más íntima del hombre con Dios y la muerte, su abismarse en él, de acuerdo a Kierkegaard.

No obstante, todo se tornea incierto cuando la muerte se traduce en un volcarse irrefrenable hacia la nada, de acuerdo a Sarte. Por su parte, Heidegger afirma que no queda tampoco en la muerte más que la nada, pero esta nada es el velo del ser y no permite de ningún modo una interpretación nihilista.

La cremación de un cuerpo tarda entre una hora y media y dos horas. Para solicitar el permiso de cremación uno deberá de acudir a las oficinas del registro civil en el antiguo palacio de gobierno municipal, en el Jardín Guerrero. Hasta las 22:30 horas una señora, con la amabilidad de una taza de café frío, se encargará de expedir los permisos necesarios para la cremación. Tenga cuidado, caro lector, de que no confunda el nombre de usted con el de su difunto. Todavía no.

Apuntes para un incipiente escritor de cuentos*

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Publicado originalmente en el suplemento cultural Barroco número 646, del Diario de Querétaro del 19 de febrero del 2017.

  1. No existe ni existirán dos cuentos con estilos iguales. El cuento puede estar escrito en modos infinitamente distintos.
  2. Algunos cuentos se resumen de manera clara y concisa a modo de anécdota.
  3. Otros cuentos no son otra cosa que anécdota.
  4. Una anécdota es, a lo sumo, un relato breve de un hecho que resulta curioso. Puede expresarse como ilustración, ejemplo o entendimiento.
  5. Pero recuerda, la anécdota también es el argumento de una obra.
  6. Algunos cuentos tienen un desarrollo que está formado por secuencias abruptas de acciones que se enlazan hasta llegar al clímax.
  7. Otros, en cambio, dan cuenta de una vida oblicua y tangencial, es decir: presenta desviaciones respecto a un tema o personaje.
  8. Existen cuentos en los que parece que el autor los hubiese parido de la vida misma: aún conservan frescas las huellas de su nacimiento.
  9. Hay cuentos que son simples episodios sueltos; su significado puede ser hermético para el mundo o reservado para algunos cuantos.
  10. Hay personas para las cuales lo mejor y más querido que tienen es algún tipo de enfermedad del cuerpo o del alma. La cultivan a lo largo de toda su vida y viven sólo para ella; la padecen, pero se alimentan de ella, se están quejando siempre de esa dolencia ante los demás y de ese modo atraen su atención. Así se ganan la compasión de la gente, pero aparte de eso no tienen nada. Si los librásemos de su enfermedad, si los curásemos, haríamos de ellos unos desdichados, al privarlos de lo único que daba sentido a su vida: se quedarían vacíos. A veces la vida de un hombre es tan mísera que se ve forzado a apreciar su mayor defecto y a vivir para él. Puede decirse que a menudo la gente se vuelve depravada por puro aburrimiento.
  11. Sí, la anterior cita proviene de un cuento, “Veintiséis hombres y una muchacha” de Máximo Gorki.
  12. Cuentos alegóricos: una virtuosa antología de metáforas que construyen una idea compleja.
  13. Cuentos especulativos: ahora se les conoce como ciencia ficción, fantasía, terror, ficción distópica, ficción utópica, ficción apocalíptica y la llamada ucronía.
  14. Cuentos reflexivos: cuyo reflejo puede ir o no emparentado con la cotidianidad de quien lee y de quien lo escribe.
  15. Cuentos pictóricos: un pictograma, por ejemplo.
  16. Cuentos ingeniosos: ¿conoce, Caro Lector, los cuentos de Andrés Neuman?, ¿ha leído “Las furias de Menlo Park” de Ignacio Padilla?
  17. Cuentos psicológicos: no, no son terapéuticos. Suelen ser contraproducentes.
  18. Cuentos que parecen trozos de un reportaje.
  19. No, un reportaje no puede ser un cuento en sentido estrictamente literario.
  20. Cuentos que dicen todo mientras aparentan no decir nada.
  21. La nada (o el todo) puede ser un tema para un cuento.
  22. Nota mental: Lea “El todo que surca la nada” de César Aira.
  23. Todos los cuentos son aceptables. De acuerdo a E. H. Bates, todos los cuentos son parte del desarrollo del cuento moderno.
  24. Los críticos (esos seres tan deleznables como necesarios) se encargarán de hablar de esos cuentos y les darán vueltas, muchas vueltas… pero jamás podrán definir esa virtud llamada equilibrio, un guiño expresivo que delata el instinto del escritor.
  25. Por dicho equilibrio, un cuento deberá de sopesarse en las manos. Con arte cuasi curatorial, deberá de pasar bajo una prueba de estética e intuición.
  26. Quizás deba enmarcar esta frase, Caro Lector, o, al menos, trazarla con marcatextos: el equilibrio del cuento puede ser destruido por una sola frase superflua, por una palabra.
  27. El adjetivo que no da vida, mata. Me dijo alguna vez Francisco de Paula Nieto. Parafraseaba a Huidobro.
  28. La prueba crítica de la forma del cuento consiste en observar a un escritor que trama su cuento pieza por pieza, como alguien que construye una torre de cerillos, y que llega el momento en que siente consciente e instintivamente cuál será el último, y en qué momento la torre no soportará más.
  29. Si un cuento pasa la anterior prueba, ha superado todas las pruebas.
  30. Sí, la Biblia es mejor desde su perspectiva narrativa. Ruth, la parábola del hijo pródigo, Susana, Jonás, son solo algunos ejemplos emblemáticos de la vocación cuentística de la subvalorada Biblia.
  31. Imitar a Roberto Bolaño es un ejercicio interesante y útil, pero no sonarás como Roberto Bolaño, acaso como un impostor.
  32. La novela no es un arte superior al cuento. Mientras ésta se puede permitir el recreo de escenarios, el cuento acude a la concreción de universos.
  33. No puedes morir antes de leer “La princesa y el guisante” de Hans Christian Andersen.
  34. “La dama del perrito” puede arrancarte lágrimas o añorar un amor así. Sí, es de Chéjov.
  35. Joyce es Joyce. Finnegans Wake es quizás la perfecta conjunción entre desafío y lectura lúdica.
  36. Mientras haya escritores de cuentos que puedan pasar la prueba del equilibrio, el cuento sobrevivirá sin importar su forma.
  37. El cuentista que espera que su lector revele signos de audacia artística, morirá en la espera.
  38. Pero nunca escribas para tus contemporáneos, como decía Augusto Monterroso, ni mucho menos para tus antepasados. Escribe para la posteridad.
  39. En la literatura no hay nada escrito aunque ya todo esté escrito.
  40. El lector que por error recibe un libro de cuentos en vez de la novela que pidió se sentirá estafado, porque la novela está de moda.
  41. En Querétaro no hay revistas literarias. Mucho menos una revista dedicada exclusivamente al cuento. Y vaya que hay escritores que fomentan el arte del cuento. ¿Conoce, Caro Lector, a Fernando Tamariz?
  42. A continuación, un cuento, aunque en realidad se trata de un microrrelato que, no obstante, pasa la prueba del equilibrio. Se titula “El emigrante” de Luis Felipe Lomelí:

«El emigrante»

-¿Olvida usted algo?

-¡Ojalá!

  1. Juan Pedro Aparicio escribió el que quizás es el microcuento más corto de habla hispana, consta de una palabra:

“Luis XIV”

Yo.

  1. Parafraseando a Hemingway: si ningún bien puede resultar de los tiempos aciagos por los que atravesamos, al menos producen cuentos.
  2. ¿Y si la idea que tienes en mente la conviertes en cuento?

* Texto inspirado por la lectura del siempre imprescindible Lauro Zavala, Teorías del cuento I. UNAM, 1995.

Diario erótico: una entrevista con Valeria Martell

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Publicado originalmente en el suplemento cultural Barroco número 645, del Diario de Querétaro del 12 de febrero del 2017.

Capitalina, licenciada en finanzas, conferencista, consejera, bloguera, escort durante 1000 días, saltó a la fama el año pasado con su Diario Erótico, mil noches de escort (Ediciones B, 2016) y tras encender las redes sociales. Hoy está con nosotros en una entrevista exclusiva para suplemento BARROCO del DIARIO DE QUERÉTARO. Ella es Valeria Martell.

¿Quién es Valeria Martell?

Valeria Martell es una mujer que ha caído muchas veces en diferentes aspectos de su vida y se ha levantado de todas ellas con un aprendizaje. No se arrepiente de lo que ha hecho en su vida. Una vez, durante 1000 días, fui escort, y en mi paso por un oficio mal visto descubrí las verdaderas necesidades que puede tener una persona. Aprendí a no juzgar y, sobre todo, a que si tienes un talento hay que sacarle jugo. Suena frío, pero la realidad es que todos vendemos caricias. ¿Que cómo me siento al respecto? Como Licenciada en Finanzas, con varios diplomados (entre ellos uno en teología, otro en nutrición deportiva, y uno más en sexología) estoy convencida que puedo ayudar a hombres y mujeres a descubrirse en varios aspectos de su vida.

¿Cómo encontraste el balance entre ser escritora, escort y profesionista?

En su momento, cuando tuve que ser escort y profesionista, fue difícil porque en el rol de escort no quería ser descubierta. Tú sabes, la doble moral. Hoy en día, el haber sido escort me llevó a dar el paso definitivo para escribir mis experiencias más eróticas, siempre he disfrutado escribir, creo que es un talento que tengo desde la secundaria. Estoy segura que puedo expresar mucho escribiendo.

¿Qué desafíos has enfrentado en México como escritora de literatura erótica?

Cuando participé como autora en el concurso que organizó una editorial y una librería, fueron muchos. Al principio, la gente del medio literario me criticó, porque yo no tenía estudios en ese ámbito. Sin embargo, hoy más que nunca creo que si escribes desde el corazón y con el alma puedes hacer una buena obra. En lo que respecta a mi público, le entretiene leer que una mujer puede disfrutar mucho o igual que ellos un encuentro casual o de pareja.

¿Qué encuentra el lector en tu Diario Erótico?

Es una novela autobiográfica. Hablaba anteriormente de que somos propensos a juzgar; al respecto hay un párrafo en el que hago la siguiente interrogante: ¿cómo se le juzga a alguien sin conocer su historia previa? Me refiero un poco a mi vida familiar, cómo fue mi relación con los hombres antes y después de ser escort. Mi vida familiar y mi vida sexual se entrelazan. En mi Diario hablo de algunos hombres de mi vida, creo que más de uno se sentirá identificado.

En tu libro, Al punto G (Novelistik, 2017), hablas de que «Las mujeres no elegimos nuestro origen pero podemos ser dueñas de nuestro destino. Nacemos para ser esposas y esclavas, pero vivimos para demostrar lo contrario: que somos amantes, empresarias, espías, asesinas, guerreras, líderes, doctoras, abogadas, escorts, artistas del engaño». ¿Qué pueden aprender las mujeres de una escort?

Más que aprender algo de una escort, es saber que soy una mujer como ellas; que como mujeres podemos ejercer y hacer de nuestra vida lo que más nos convenga. Ser feliz es algo muy sencillo, pero nos complicamos, desde nuestras relaciones amorosas hasta en las laborales. Muchas veces he pensado que las mujeres somos las que más criticamos a otras mujeres, a veces a tal grado que somos las primeras en promover el machismo con ciertas actitudes.  Las mujeres somos maravillosas y si nos proponemos cambiar y complicarnos menos, podemos hacer cosas extraordinarias, unidas.

¿Qué tienen que aprender los hombres de las mujeres?

A expresar más sus necesidades. Recuerdo que alguna vez le dije a alguien: “el machismo en el que crecimos es tan grande que desde pequeños educamos a los hijos de reprimir lo que sienten, en especial a los hombres. Si lloras, eres niña. En la adolescencia no llores o eres marica…”. Mostrar sus sentimientos parece ser pecado. Un hombre no siempre busca sexo en una escort, a veces busca alguien que lo escuche, que lo haga incluso sentir especial, como nunca antes se ha sentido.  Al ser más emocionales, las mujeres no somos juzgadas. Creo que es lo único que deben aprender. Y ahí ya podríamos hablar de una equidad de género.

¿Es el tema del sexo un tabú vigente?, ¿cómo has confrontado la doble moral?, ¿has sufrido censura?

Hablar de sexo en México será por mucho tiempo tema tabú. El machismo está muy marcado y con ello la doble moral. La gente juzga tu forma de vestir, tu manera de expresarte… ¡Todo! La gente se más ocupa de lo que hacen otras personas, que lo que realmente hace por sí misma. Muchas cuentas en diferentes redes sociales me han llegado a bloquear. Creo que decir la palabra pene o vagina está más censurada que ciertas imágenes de periódicos amarillistas o que palabras como “violación”, “homicidio” o “suicidio”. Sin embargo, medios como el suplemento BARROCO, y algunos en televisión y radio, se abren a hablar un poco más de sexo y eso también habla de un avance. Por el sexo estamos aquí y por la falta de información muchos jóvenes se embarazan a pesar de poder conseguir un preservativo hasta en la tienda de la esquina. Muchas parejas terminan por insatisfacción sexual, o peor aún: viven unidas en la amargura por falta de comunicación.

¿Qué te resulta más placentero, escribir o vivir tus experiencias?

Escribir mis relatos me llevar a revivirlos una y otra vez, me dan placer, me excita leerlos. A veces hasta me quedo pensando: “pudimos hacer esto o aquello esa vez… si lo volviera a ver le haría esto”.

¿Extrañas algo de tu vida anterior a ser escort y escritora?

Lo he dicho algunas veces: Ser escort es como cualquier trabajo en donde explotas tu talento. Pero también, como cualquier trabajo, no debes estancarte. No debes quedarte en tu zona de confort. Y así me sucedió. No puedo quedarme en un sitio donde por más que explote un talento y lo pueda seguir haciendo, estoy educada a buscar nuevas metas, nuevos proyectos, razón por la cual comencé hace un año a tomar algunos diplomados. Hoy en día lo que he aprendido en vida y en el estudio me llevan a dar conferencias de temas sexuales, coaching de vida, financiera y sexual. Ahora estando del otro lado como escritora puedo aportar algo a una sociedad que aún le da miedo decir la palabra SEXO.

¿Cuáles son tus siguientes proyectos? ¿Tienes pensado visitar Querétaro?

Este mes estaré en la FIL del Palacio de Minería, presentando mi novela. En marzo estaré en la Exposexo, presentando mi novela y posiblemente con una ponencia sobre sexualidad. Estoy escribiendo dos libros: la segunda parte de Diario Erótico y un libro totalmente para caballeros, donde ofrezco tips para tener mejores relaciones personales y sentimentales con las mujeres.

Invito a todo México para que me inviten a sus ciudades a presentar mi libro, una autobiografía en la que muchos se identificarán. Espero en abril estar visitando la hermosa ciudad de Querétaro.

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